La Sylvia Pascual al Parc del Vidre.
Un
buen día de marzo de 1974, alguien me dijo que había un piso en
el barrio de LA TORRASSA
de una amiga de otra amiga que se quedaba vacío, vivía en un
apartamento pequeño pero en una zona privilegiada, cuando llegué el
barrio no me parecía maravilloso pero el piso tenía tres
habitaciones “era una casa, mi hogar”.
Los
vecinos eran diferentes, parecía mi pueblo, la vecina de enfrente
pero en el piso de arriba tenía marido y seis hijos y como yo estaba
sola, me dejaba aparte un plato de comida para que estuviese bien
alimentada, ¡una delicia de persona!
Pero
la historia es otra, el piso en el que iba a vivir lo había dejado
un matrimonio y se había ido a vivir enfrente, hasta ahí normal;
esta familia se fue de este piso y lo ocupó mi mejor amiga, me casé
y también dejé mi piso.
Cuando
llegue a mi CASA, la sorpresa fue mayúscula, dos pisos
debajo del mío, vivía el matrimonio que había dejado primero mi
piso y después el de mi amiga, parecía que nos íbamos buscando, al
encontrarnos nos dio alegría, sorpresa y muchas ganas de reír,
¡SORPRESAS QUE DA LA VIDA!
La
Plaça del Vidre, no era así, había una fábrica de vidrio con
grandes chimeneas, después cuando la fábrica desapareció, durante
un tiempo fue un espacio raro y sucio. La Plaza tal y como está hoy,
ha pasado por distintas remodelaciones y al final “es bonita”.
sylviapascualramos@gmail.com
L'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponEliminaQue imagen y historia tan bonita
ResponEliminaCon el tiempo todo ha cambiado y de haber una fábrica a un parque pues la verdad todo cambia mucho y el espacio se aprovecha mas porque debajo del parque tenemos el parquin y así tenemos más aprovechado el suelo.
ResponEliminaHola, em dic Nestor i soc del grup d' informàtica, m'ha agradat molt llegir aquesta historia. La vida crec que té bones casualitats. Tant de bò fos sempre així. Gràcies.
Elimina